Las medidas de seguridad en la vivienda pueden ser muy diferentes. Esto se debe a que cada hogar tiene sus propias necesidades. Para empezar, debemos saber el tipo de residencia de la que estamos hablando. Aunque nos refiramos muchas veces a ella como casa, lo cierto es que nuestro hogar no tiene por qué presentar la estructura propia de ese tipo de inmueble. Así, puede ser una vivienda unifamiliar, un dúplex, un adosado o un ático, entre otros muchos ejemplos. Así, la seguridad según el tipo de vivienda es un factor que puede variar mucho. Veamos por qué.
Medidas de seguridad en viviendas únicas
Sería el caso de la vivienda unifamiliar (comúnmente conocida por su nombre en francés «chalet»). Es la residencia más expuesta a los robos, precisamente por su carácter independiente.
Hay que pensar que los chalets se ubican muchas veces en la periferia urbana, lo que contribuye a crear esa sensación de desconexión. Sin embargo, también presenta notables ventajas, sobre todo cuando se sitúan dentro de una urbanización. Paralelamente, la construcción de grandes muros en torno al jardín complica el acceso al recinto privado. Si, además, protegemos el jardín como es debido, podemos obtener una casa realmente segura.
Por su parte, el adosado comparte ciertas similitudes con las viviendas anteriores pero también presenta considerables diferencias. En este caso, las casas se construyen compartiendo paredes. Ello contribuye a aumentar la sensación de seguridad. Además, dificulta los ataques, ya que el único acceso a la vivienda suele ser frontal.
Con todo, si los adosados cuentan con espacios comunes estos puntos pueden suponer un punto débil en materia de seguridad para tu hogar. La mayoría de las veces basta con aumentar la seguridad en la entrada principal. En Abasat, como expertos en seguridad, te recomendamos la instalación de una puerta de seguridad.
Seguridad en pisos y bloques de viviendas
Son los hogares más habituales, particularmente en los núcleos urbanos. Por norma general, la interconexión entre los inmuebles complica los asaltos, sobre todo si se sitúan en plantas superiores. En este sentido, los bajos están algo más expuestos si sus sistemas de protección son deficientes.
Recordemos que ninguna casa es insegura per se. Lo que hace que una casa sea insegura es no tomar las medidas preventivas apropiadas. En cualquier caso, es evidente que un ático resulta un blanco más complicado para los ladrones. Aunque no debe caerse en el mito de que sufren menos robos.
Por lo que respecta a los dúplex, siguen un patrón similar. No obstante, tienen la particularidad de contar con un mayor número de accesos, lo que obliga a instalar sistemas preventivos más amplios. Eso sí, la ventaja respecto a los bajos (y que comparten con los pisos superiores) es que requieren la entrada a las instalaciones comunitarias, algo que actúa como un elemento disuasorio más.
Debilidad de seguridad comunes
Tras este breve análisis de las ventajas y los inconvenientes de cada tipo de vivienda, hay que recordar que existen otros elementos que hacen a los inmuebles más seguros. Las características y situación de la vía, la relación con los vecinos o los propios hábitos de vida pueden ayudarnos a prevenir robos casi sin darnos cuenta.
Además, intenta informarte bien para no caer en los típicos mitos sobre seguridad. Cada hogar es un mundo, por eso la mejor opción es contactar con tu empresa de seguridad, que te asesorará según las necesidades específicas tu vivienda. ¡En Abasat te esperamos con las manos abiertas!